INTRODUCCION.
El propósito de esta página no es en modo alguno contender con las religiones y sus doctrinas, sino que el lector tenga la oportunidad de conocer y entender a Dios a la luz de las Escrituras, y fomentar el estudio de ellas.
La Biblia es única en su género, pues tiene la cualidad de interpretarse a si misma, es decir, lo afirmado en un texto, tiene su explicación o sustentación en otro de igual o diferente autor, en cada libro y carta que la conforman; siendo sus cuarenta escritores, hombres nacidos en tres continentes, en épocas muy distantes unas de otras y que por lo tanto, no se conocieron.
Mi convicción es la existencia del Dios Creador que escribió todo antes de hacerlo, y que por nuestra naturaleza pecaminosa y finita, nos redime en el sacrificio de su amado Hijo Jesucristo. Estoy completamente seguro por su palabra, que el universo fue creado por Él, como lo afirma en el Salmo 119: 91: Por tu ordenación existen todas las cosas hasta hoy, pues todas ellas te sirven.
DAVID JESÚS DORIA PÉREZ.
CC 6.865.346 de Montería.
Iglesia: Vida Eterna en Jesucristo.
Pastor.
Dirección: Sabananueva-San Pelayo-Córdoba.
Cel. 3156298489.
E-mail: cocicris@yahoo.com.
EL ORDEN DE DIOS.
Antes de adentrarme en el análisis y comprensión de la creación, quiero que recuerdes que como hijo de Dios por la redención hecha por Jesucristo n la cruz del calvario, tienes derecho a:
Examinarlo todo, retened lo bueno (1ª de Tesalonicenses 5:21)
Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus, si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. (1ª de Juan 4:1)
También tienes el deber de:
Buscad a Jehová y a su poder; buscad siempre su rostro. Acordaos de las maravillas que Él ha hecho, de sus prodigios y de los juicios de su boca. (Salmo 105:4-5).
Y di mi corazón a inquirir y a buscar con sabiduría sobre toda cosa que se hace debajo del sol; este penoso trabajo dio Dios a los hijos de los hombres, para que se ocupen en el. (Eclesiastés 1:13).
Escudriñad las Escrituras porque a vosotros os parece que os tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí. (Juan 5:39).
INTRODUCCIÓN.
La Biblia empieza: En el principio creó Dios los cielos y la tierra, y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. (Génesis 1: 1 y 2 ). El orden de esta escritura nos habla claramente que Dios hizo primero los cielos, y luego la tierra.
Podemos afirmar que según como se escribieron estos dos primeros versículos, ellos narran el hecho mismo de la creación en una forma generalizada. La expresión: y la tierra estaba desordenada y vacía, nos hace deducir: A): Desordenada: no había recibido orden de Dios de juntarse. B): Vacía: aún en ella y de ella no se había creado nada. ¿En donde estaba la tierra? ¿En qué momento y de dónde fue sacada? Si continuamos con la lectura del versículo dos encontramos que: Las tinieblas estaban sobre la faz del abismo ¿De dónde salieron las tinieblas? ¿Las creó Dios? ¿Cuándo? ¿Para qué? ¿Cómo se formó la faz del abismo y cuando y para qué las tinieblas estaban sobre su faz?.
Si no consideramos esta narración generalizada, jamás podremos entender el orden de Dios en la Creación, porque nos parecería conflictivo encontrar cosas creadas antes que otras, y que luego aparecen como creadas después.
PRIMER DÍA.
En Génesis 1:3 dice: Y dijo Dios, sea la Luz; y fue la Luz.
Veamos lo que dice en 1ª de Juan 1:5: Dios es luz y no hay ningunas tinieblas en Él. Esto parece no estar de acuerdo con lo dicho en el versículo anterior, en donde se afirma que Dios creó la Luz ¿No es Él Luz? ¿Cómo se explica que la Luz fue creada? Además, en 1ª de Juan 1:5 dice que no hay ningunas tinieblas en Él ¿Cómo podían salir tinieblas de Él? ¿Cómo fueron creadas estas? ¿En qué momento?
Siendo la Biblia un libro sui-géneris, único en su género, que se interpreta a si mismo; buscamos en él la comprensión é interpretación é interpretación de un texto, en lo afirmado en otro ú otros textos de los libros y cartas que lo conforman. En Isaías 45: 7 dice: que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad. Yo Jehová soy el que hago todo esto.
Entendiendo lo escrito podemos asegurar que así como fue formada la luz, también fueron creadas las tinieblas por Dios. ¿Qué hizo Dios para que esto sucediera? Volvamos a Génesis 1:3: Y dijo Dios: Sea la Luz, y fue la Luz.
Dios ha existido siempre, y como luz que es, no hay tinieblas en Él; nada existía sino en Él hasta cuando dijo: Sea la Luz, y la Luz fue hecha. En Hebreos 1:2 dice: En estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo. Lo primero que Dios creó fue la Luz, y siendo Él luz, de Él salió la Luz, su Hijo, el primogénito de la creación. En Juan 8:12 está escrito que Jesús dijo: Otra vez les habló Jesús diciendo: Yo soy la luz del mundo: el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Vemos que la Luz (Cristo), fue creada por Dios, es decir, salió de Dios para ser la luz del mundo. En Colosenses 1:15 dice: El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de la creación. La Luz creada salió de la luz Padre, trayendo su imagen, y constituyéndose en el primogénito de la creación, y por quien Dios hizo el universo. En el Salmo 36:9 dice: Porque contigo está el manantial de la vida. En tu luz, veremos la luz. Qué nos enseña esto? Que en el primogénito, Cristo, la luz del mundo, veremos la luz de Dios. ¡Aleluya!
En Hebreos 1:2 nos enfatiza que en el primogénito, al que constituyó heredero de todo, asimismo hizo el universo. Si Cristo dijo ser la luz y la luz es lo primero que Dios creó, y Cristo es el primogénito de la creación en él hizo Dios el universo, es decir, todo estaba en la luz, y en la luz-Cristo, estaba todo. En Juan 1: 1-5 dice: En el principio era el Verbo ( logos-palabra-Cristo), y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él, nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece. En 2ª de Corintios 4:6 dice: Porque Dios que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para la iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.
La luz produce el resplandor; al mandar Dios que de las tinieblas resplandeciese la luz, nos enseña que el hecho de resplandecer, debe ser interpretado como que la iluminación de su conocimiento, no venía revelada totalmente, sino que solo resplandecía. Al ordenar que de las tinieblas resplandeciese la luz, esas tinieblas no son otra cosa que la ignorancia desconocimiento de la gloria de Dios. Como Dios dijo: Sea la Luz, y la Luz fue hecha, nos damos cuenta que la Luz era solo el resplandor, y que la Luz, Cristo, Mesías, Ungido, primogénito, no venía al mundo totalmente revelado desde el principio (Antiguo Testamento), y que al no ser la luz revelada en toda su intensidad, la parte hasta donde llegó el resplandor de ella, quedó en tinieblas, que es el reino opuesto al reino de los cielos. Satanás no es las tinieblas, sino el príncipe que tomó el liderazgo en ese reino. De esa manera, la luz resplandeció en las tinieblas, y Dios poco a poco la ido revelando según su tiempo, hasta que llegue un día a su plena intensidad. Así fue creada la Luz y las tinieblas como oposición a ella, pero al final, la luz triunfará para la gloria de Dios. En Colosenses 1:15 se afirma que Cristo es el primogénito de la creación, y como lo primero que Dios creó fue la Luz, entonces Cristo es la Luz, y por eso aseguró ser la luz del mundo.
La Biblia dice que en el principio era el Verbo, el logos, la palabra, y este era Dios. Si Cristo es el primogénito, la luz,, Cristo es el Mesías, enviado, la palabra, y según Juan 6:63, las palabras que Cristo habló, son espíritu y son vida; entonces, Cristo es Espíritu o Espíritu Santo de Dios, su palabra, con la que hizo el mundo. En Juan 1:3 dice: Todas las cosas por él fueron hechas, y nada de lo que fue hecho, sin él fue hecho. En Colosenses 1:16 se afirma: Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles é invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. En 2ª de Pedro 3: 5 dice: Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua, y por el agua subsiste.
Verdad de Dios es esta y está citada en estos tres versículos de autores diferentes; recordemos que Dios hizo el universo hablando, y lo que habló es su palabra, y todo fue creado por esta al instante. Dios dijo: Hágase la Luz, y la Luz fue hecha; en ella fue creado todo; el mundo invisible, los querubines, los ángeles, etc; y el mundo físico en el cual vivimos. Con una sola palabra Dios creó todo, y por eso, jamás otro mensaje, otra palabra, nunca será verdad, porque la verdad es Cristo, el Logos, el Verbo, la palabra o Espíritu Santo de Dios. Los tronos, principados, dominios, potestades, fueron creados en ella y por ella como la Biblia lo dice.
Si en la luz estaban todas las cosas ¿Cómo podían estar las tinieblas si ante la luz estas huyen? En Job 38:19, Dios le pregunta: ¿Por dónde va el camino de la habitación de la luz y donde está el lugar de las tinieblas?; para convencerle de su ignorancia. Las tinieblas jamás penetrarán en la luz, como lo dice el Salmo 139: 12: Aún las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día; lo mismo te son las tinieblas que la luz. Dios ve en las tinieblas y estas jamás pueden encubrir su luz, su verdad, y solo llegan hasta donde Él se los permite.
En el principio creó Dios los cielos y la tierra; al crear Dios la Luz, allí estaba el ejército de los cielos, pero la tierra ¿En dónde estaba? En Génesis 1:2 dice: Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.. Aquí está la respuesta, la tierra estaba desordenada y vacía, es decir, no había recibido la orden de Dios de juntarse, y vacía, porque nada se había creado en ella. ¿En dónde estaba? Seguimos leyendo y encontramos que las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, o sea que, cuando la Luz fue creada, como ella era la revelación de la gloria de Dios y vino solo en resplandor, ese resplandor no logró alumbrar tan fuerte, y por eso a su alrededor, se formaron las tinieblas desde donde el resplandor alcanzó a llegar, y estas quedaron sobre la faz del abismo. Más adelante leemos que el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas ¿Las aguas? ¿Por qué las aguas? ¿Por qué en plural como si fueran distintas o muchas aguas? Sencillamente, porque estaban en rocío, en gotitas, desordenadas, sin recibir la orden de juntarse; y el Espíritu se movía sobre la faz de ellas, porque en ellas continuaba la creación del mundo físico.
De esta manera pasamos de un relato generalizado a uno pormenorizado e. Afirmamos arriba que la tierra estaba desordenada y vacía, y que el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas, las cuales estaban en forma de rocío, de nuevo preguntamos ¿En dónde estaba la tierra? En el versículo cuatro dice: Y vio Dios que la Luz era buena y separó Dios la Luz de las tinieblas. En 2ª de Corintios 6:14 dice: ¿Qué comunión tiene la luz con las tinieblas? Dios separó la luz de las tinieblas, llamando a la luz Día y a las tinieblas Noche; y fue la tarde y mañana un día.
Que el día empezara por la tarde y terminara por la mañana, no es algo caprichoso, sino que está completamente de acuerdo con el orden de Dios en la creación. La Luz al principio fue creada o revelada como resplandor, y a medida que el tiempo pasa, Dios la revela con mayor intensidad; llegará el momento que su revelación será plena, de tal forma, que no existirán las tinieblas como opositoras a ella; ya que la expresión plural de las tinieblas, es para indicar las distintas doctrinas y filosofías existentes en contra de la Luz, del Dios único. El hecho de empezar el día por la tarde parece ser alusivo a la creación de la Luz; ya que por la tarde la luz es de menor intensidad a medida que pasa el tiempo, y va oscureciendo hasta llegar a la oscuridad completa; para después empezar la madrugada, llegar el alba, y seguir la luz en aumento hasta que el día es perfecto. Igualmente la Luz fue revelada, y con el correr del tiempo, el mundo se fue olvidando de ella, hasta llegar al oscurantismo; luego vinieron las profecías en las que se vaticina que nacería el sol de justicia, el Lucero de la mañana, Cristo, hasta cuando en Belén nació Jesús, quien en su bautismo en agua, fue lleno del Espíritu Santo de Dios o Cristo, siendo así preparado para su ministerio, el cual continuó con su muerte, su resurrección y su ascenso en gloria a la derecha del Padre, de donde vendrá por segunda vez sin relación con el pecado y como juez, y será manifestado en toda su Luz, derrotando al enemigo y dejándole fuera para siempre. Eso explica que el día empiece por la y termine por la mañana, cosa que Israel entendió, y practica través de su historia.
SEGUNDO DÍA.
Al separar Dios la Luz de las tinieblas, formó el Día y la Noche en el primer día (Cristo y las tinieblas). En Génesis 1: 6-8 dice: Luego dijo Dios. Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas. E Hizo la expansión y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre de la expansión. Y fue así: Y llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo.
La creación de la expansión o Cielos, trajo como objetivo primario, el separar las aguas para que unas quedasen encima de los cielos, y otras debajo de los cielos. Cuando Dios hace separación hay un propósito específico, y las aguas que quedaron encima de los cielos lo llevan, como también las que quedaron debajo, como veremos cual fue el de estas últimas, ya que el de las primeras, lo trataremos más adelante.
No podemos ignorar lo que la Biblia dice con relación a Dios, ni tampoco que cuando hizo la Luz, no dice en qué momento creó las aguas. Dios además de ser espíritu es según Jeremías 2: 13 lo siguiente: Porque dos males ha hecho mi pueblo; me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas rotas que no tienen que no tienen agua. Cuando Dios creó la Luz (Cristo), ahí estaba el agua, puesto que la expansión separó las aguas de las aguas, sin indicarnos cuando las creó. Dios tiene un río: Vistes la tierra y la riegas; en gran manera la enriqueces. Con el río de Dios, lleno de aguas, preparas el grano de ellos, cuando así lo dispones (Salmo 69:5 ). Ese mismo río aparece en Apocalipsis 22:1 en donde dice: Después de esto me mostró un río limpio de agua de vida; resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero.
De alguna ú otra forma el agua está en Dios; Jesucristo dijo: Cualquiera que beba de esta agua volverá a tener sed; más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. También dijo: El que cree en mí, como ice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva (Juan 7:38-39). Esto dijo del Espíritu Santo que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado. Podemos notar que el agua es un elemento que está presente en Dios y en Cristo; como la tierra viene del agua y el hombre fue formado del polvo de la tierra ¿Será esta la imagen en común de Dios, Cristo y el hombre?
Además del agua, encontramos que Dios es luz (1ª de Juan 1:15), Jesucristo es la luz del mundo (Juan 8.12) ¿Qué luz es esta? La misma que puso Dios en Jesús: El Espíritu de Jehová está sobre mí (Isaías 61:1). Y reposará sobre él el espíritu de Jehová: espíritu de sabiduría y de inteligencia; espíritu de consejo y de poder; espíritu de conocimiento y de temor de Jehová, y fue el que descendió sobre Jesús en el bautismo en forma de paloma (Cristo-espíritu de Dios). También dice la Biblia que Dios es fuego consumidor y purificador (Hebreos 12:24 y Malaquías 3:2 respectivamente); no olvidemos que Dios se manifestó en su espíritu el día de Pentecostés como viento recio (aire) Hechos 2:2.
Del hombre científicamente se afirma que su cuerpo la mayoría es agua; Dios le dio el soplo (aire); Jesucristo lo bautiza en Espíritu Santo y fuego (Luz y fuego); ante estas cosas podemos preguntar ¿Es esta la imagen y semejanza con que Dios formó al hombre con respecto a Él?
En Génesis 1: 9-10 dice: Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así. Y llamó Dios a lo seco tierra y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno. Así terminó lo desordenado de la tierra, porque así como recibieron las aguas el mandato de Dios de juntarse en un lugar, también lo seco lo recibió para descubrirse. La tierra proviene del agua, como lo dijo Pedro en 2ª de Pedro 3:5: Estos ignoran voluntariamente que en el principio fueron creados los cielos, y la tierra que proviene del agua, y por el agua subsiste. La tierra proviene del agua y subsiste por ella, ya que las aguas que quedaron encima de los cielos, no fueron contaminadas por el pecado, y llevan consigo la orden de descubrir lo seco en la nueva creación ¡Maravilloso! Ya descubierto lo seco, Dios lo llama Tierra y a las aguas Mares; es decir, podemos concluir que las aguas creadas eran saladas y son saladas las que están encima de los cielos.
En Job 26:7 se afirma que: Él extiende el norte sobre el vacío, cuelga la Tierra sobre nada. Así permanece la Tierra hasta hoy, y podemos deducir que de un solo elemento físico creado en la Luz o que es de la Luz, proceden todas las cosas que vemos y palpamos, y que los cielos, la expansión creada primero que la Tierra, son el espacio que separa a la Tierra y a los Mares, de las aguas que quedaron encima de los cielos. En el Salmo 148: dice: Alabadle cielos de los cielos, y las aguas que están sobre los cielos.
TERCER DÍA.
En Génesis 1:11 dice: Produzca la tierra hierba verde, hierba que de semilla; árbol de fruto que de fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra, y fue así. Produjo pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno. Y fue la tarde y la mañana el día tercero.
Otra orden de Dios para ¡producir! La tierra recibe la orden de producir hierba verde, pero hierba que no tiene semilla; luego la hierba que de semilla; árbol que de fruto según su género, que su semilla esté en él, quedando tácitamente entendido que ya había recibido la orden de producir árbol que no diese semilla ni fruto. Ahí se ve el orden de Dios en la creación en donde se entiende que lo creado primero, no sería lo que permaneciese en la creación, sino lo segundo. Adán, primer hombre, falló; Jesucristo, segundo hombre, permanece para siempre. Él es la simiente que garantiza la continuidad eterna del hombre, que lleva semilla dentro de él, y produce fruto. Para que el hombre de frutos al treinta, sesenta y cien por uno, la simiente, la semilla, Cristo, debe morar en él.
En 1ª de Corintios 3:16 y 6:19 se nos dice que somos templo del Espíritu Santo de Dios (Cristo), habitando en nosotros; la simiente del Génesis ahora en nuestros cuerpos.). La hierba sin semilla, el árbol sin semilla y sin fruto, son como el impío: cortados y echados al fuego.
Dios en la creación nos muestra su orden perfecto, y en cada cosa creada enseña como será el hombre que se vuelva a su Creador y el destino del incrédulo. Él preparó su reino y para ello hizo vasos de honra, y vasos de deshonra, para las tinieblas de afuera (Romanos 8:9). Los vasos no son otra cosa que los cuerpos de las personas en los cuales, muchos son para morada de Dios en el Espíritu (Enmanuel, Dios con nosotros); y los otros, cuerpos de impíos, moradas o sinagogas de Satanás, cuyo fin es la destrucción eterna.
Isaías 40:6-8 dice: Voz que decía: Da voces. Y yo respondí: ¿Qué es lo que tengo que decir a voces? Que toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo. La hierba se seca, la flor se marchita, porque el viento de Jehová sopló en ella (vasos de honra y de deshonra); ciertamente, como hierba es el pueblo. Secase la hierba, marchitase la flor, más la palabra del Dios nuestro, permanece para siempre.
Todo cuerpo fue creado por Dios, unos como vasos de honra y otros como vasos de deshonra, según el soplo que Él les dio. Hay hierbas sin semilla, las hay con semilla, las cuales florecen y dan frutos; lo mismo son lo árboles; de esta manera nos enseña Dios que los árboles que dan frutos, sus frutos permanecen para siempre, por la buena semilla que llevan; ellos mueren, el hombre también; de estos se levantarán para vida eterna, los que tengan la simiente, la semilla que produce frutos para la eternidad. Las plantas nos hablan del orden de Dios en comparación con la vida terrenal del hombre; ellas deben ser para nosotros cada vez que las contemplemos, testigos del amor y misericordia de Dios, y estímulo para trabajar en su viña.
El día tercero, como todo lo que había creado, Dios vio que era bueno. En este día, la vida de un mundo físico comienza con la creación del reino vegetal; el mineral ya había sido creado con el agua y la tierra; lo animado emerge con las plantas, y todo estaba siendo preparado para que señorease en él, el ser que Dios crearía después, en el que demostraría su amor y misericordia; ese ser, no es otro que el hombre.
CUARTO DÍA.
En Génesis 1: 14-19 dice: Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el Día de la Noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años, y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así. E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señoreara en el día, y la lumbrera mayor para que señoreara en la noche; hizo también las estrellas. Y las puso en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra, y para señorear en el día y en la noche., y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno. Y fue la tarde y la mañana el día cuarto.
Cuando Dios creó la Luz, la llamó Día, y a las tinieblas que se formaron alrededor de su resplandor, las llamó Noche. Día es claridad, luz, conocimiento del Altísimo, y Noche, la ignorancia de esta luz, de este conocimiento, oscuridad. Dios se dio a conocer con la Luz, Día; por eso, a los que estamos en Cristo, nos llama hijos del Día (1ª de Tesalonicenses 5:5). El pueblo se pierde por falta de conocimiento, de la Luz del Día, de Dios. Lo que no está en la Luz, está en las tinieblas, en la ignorancia. Dios una vez creada la Luz, la separó de las tinieblas, es decir: lo que es Luz es Luz, y lo que es tinieblas, tinieblas es; pues, ninguna comunión hay entre Cristo con Belial, ni de la luz con las tinieblas.
En Génesis 1:14 Dios manda que haya lumbreras en la expansión de los cielos, para separar el Día de la Noche ¿No estaban separadas la Luz de las tinieblas? ¿Qué significa esta nueva expresión: haya lumbreras para separar el día de la noche? Debido a esto, arriba hice notar que lo que es Luz es Luz; lo que es día es día; lo que es noche es noche, y lo que es tinieblas, tinieblas es. ¡Completamente separados y sin comunión! La expresión de que hubiera lumbreras para separar el día de la noche, está simplemente señalando que se identificaría el día porque el sol alumbrara durante él; y la noche, porque la luna señorease en ella; el sol saldría y hasta su ocaso, sería el día; las tinieblas vendrían y hasta su ocaso, sería la noche. Recordemos que para Dios lo mismo son las tinieblas que la luz, por su omnisciencia; el hombre no lo es, por lo tanto, debía haber demarcación para él por causa del trabajo y del descanso. La Luz, el Verbo, es acción, movimiento, trabajo (Mi Padre hasta ahora trabaja y yo trabajo. Juan 5:17).
Al crear Dios los cielos y la tierra y el mar, creó los elementos necesarios para el funcionamiento equilibrado del universo, las leyes que lo rigen; al crear el sol y la luna, determinó las estaciones, los días, meses y año. La tierra gira alrededor del sol, dando una vuelta en lo que llamamos año; y sobre si misma una vuelta en un día, determinando esto las estaciones, meses, días y años.
El sol es fundamental para la vida animal y vegetal; como el agua fue creada conteniendo sal, al caer el sol sobre ella produce el fenómeno de la evaporización, el cual hace que suba el agua en vapor hacia las nubes, quedando la sal en el mar o tierra, según el caso. De allá regresa en forma de lluvia y de sabor dulce; cae a la tierra, y los ríos la vuelven a llevar al mar. Así, es aprovechada por los seres vivos y estimula la reproducción de los vegetales, armonizando con el propósito de Dios en la creación. Ya la luz había sido creada y también las tinieblas, y en la luz, todas las cosas invisibles y visibles; en el día cuarto las invisibles hechas visibles eran: las aguas, la tierra, los vegetales, el sol, la luna y las estrellas.
QUINTO DÍA.
En Génesis 1:20 dice: Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos. Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno. Y Dios los bendijo diciendo: fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra. Y fue la tarde y la mañana el día quinto.
Cuando Dios mandó que la tierra produjera hierba que diera semilla y árbol de fruto que diera fruto y llevara semilla, nos mostró con ello la necesidad de reproducción; pero cuando ordena a las aguas que produzcan seres vivientes y aves que vuelen sobre la tierra sobre la abierta expansión de los cielos, encontramos que los bendice diciéndoles: fructificad y multiplicaos; no solo vemos la orden para la reproducción sino la de atracción y apareamiento entre macho y hembra. Notamos que esta atracción en los animales es como una muestra de lo que sería el amor que redesarrollaría entre el hombre y la mujer.
Así fueron creadas todas las criaturas que viven en el mar y también las aves. Ante esto surge un interrogante ¿Por qué creó Dios las aves de las aguas y no de la tierra? La explicación puede estar en que en las aguas, la atracción de la fuerza de gravedad es menos que en la tierra, y por lo tanto, esto facilita que las aves además de la estructura de su cuerpo y sus plumas, venzan con mayor facilidad esta atracción. (Recordemos que el agua en forma de vapor sube y la materia prima de las aves es el agua). El día quinto empezó la creación de los seres con capacidad de traslación y reproducción macho-hembra.
SEXTO DÍA.
Dice Génesis 1:24-25: Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así. E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno.
Observamos que en la creación el agua contenía a la tierra, y que luego a ésta, Dios le da la orden de descubrirse. Como el agua fue primera que la tierra, en su orden creó primero los animales acuáticos y las aves que vuelan; más tarde sigue creando Dios ordenando a la tierra que produzca seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales según su especie. Dios vio que todo era bueno, las bestias, serpientes y animales en estado de mansedumbre; así preparó Dios la creación para el ser que crearía más tarde. El panorama estaba diseñado para que la nueva criatura por crear, gobernase en él sujeto a su Creador.
De antemano Dios muestra su amor hacia el hombre puesto que hizo el mundo para él. En el Salmo 139:16 dice: Mi embrión vieron tus ojos; y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas sin faltar ni una de ellas; Dios escribió todo antes de hacerlo, lo escribió en su libro:¿Qué libro es este si nada había sido creado y por lo tanto, no existía ningún material en el que se pudiera escribir? En el diccionario encuentro que el término mente se compara con el corazón, el pensamiento; según la Biblia el corazón piensa: Mi boca hablará sabiduría y el pensamiento de mi corazón inteligencia (Salmo 49:3), y: Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias (Mateo 15:19 y Marcos 7:21). Dios escribe en su mente o corazón como lo afirma la Biblia en Jeremías 31:33: Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel, después de aquellos días, dice Jehová; daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón, y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. En Hebreos 10:16 dice: Este es el pacto que haré con ellos. Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones y en sus mentes las escribiré. Dios tiene el libro de la creación escrito en su corazón y en su mente antes de crear las cosas, y allí, de cada ser viviente está escrito lo que será, porque lo que está escrito, escrito está, puesto que la Biblia lo testifica así: Pero te declaré lo que está escrito en el libro de la verdad, y ninguno nos ayuda contra ellos, sino Miguel, nuestro príncipe (Daniel 10:21). Pero no os regocijéis de que los espíritu se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos (Lucas 10:20). Y así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese y resucitase de los muertos al tercer día (Lucas 24:46). Entonces dije:: He aquí que vengo, oh! Dios, para hacer tu voluntad, como en el rollo del libro está escrito de mí (Hebreos 10:7); y por último, la orden dada a Satanás: Entonces Jesús le dijo: Vete Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y al solo servirás (Mateo 4:10); cita que me asegura que Satanás aunque no quiera tiene que adorar a Dios, y que sus ataques son servicios a Él, y que por lo tanto, cuando me ataca, sirve a Dios para mi perfección, y firmemente debo creerlo para lograrla.
En Génesis 1:26-27 dice: Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen y conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
Como mi propósito no es contender sino llevar al lector de la Biblia a que alcance una mayor comprensión de la Palabra de Dios, sujeto a la guianza del Espíritu Santo o Verdad, Logos, Palabra de Dios, escudriñándola con interés sano de entender a nuestro Creador; es por ello que explico de manera sencilla y en lenguaje común, la interpretación que Dios me ha dado para este caso.
La expresión hagamos denota pluralidad; Dios es uno y tiene su Hijo, su primogénito, lo primero que el dio de si mismo. Ya vimos que lo primero en crear Dios fue la Luz; Dios es luz, su Hijo es luz, la luz del mundo;, para iluminación del conocimiento de su gloria. En él fueron creadas todas las cosas, en el Verbo, en el Logos, la palabra, el primogénito, la Luz, Cristo, Mesías, Enviado, Espíritu de Dios, el cual se movía sobre la faz de las aguas para continuar creando. A su Hijo, a Cristo, le dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen y conforme a nuestra semejanza.
¿Qué es Dios? Dios es Espíritu (Juan 4:24); Cristo es el Espíritu de Dios (1ª de Corintios 3:16) ¿O no sabéis que el Espíritu mora en vosotros?, y que somos templo del Espíritu Santo de Dios. Cristo habita por la fe en vuestros corazones (Efesios 3:17); Más vosotros no vivís según la carne sino según el espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros; el que no tiene el espíritu de Cristo, no es de él (Romanos 8:9). Si Cristo está en vosotros, el cuerpo a la verdad está muerto a causa del pecado, pero el espíritu vive a causa de la justicia (Romanos 8: 9-10).
¿Serán diferentes el Espíritu Santo de Dios y Cristo? Son el mismo Espíritu o Palabra de Dios que nos dio libertad y redención: Porque el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad (2ª de Corintios 3:17). En Juan 6:63 dice: la carne para nada aprovecha, el espíritu es el que da vida; las palabras que yo he hablado son espíritu y son vida. Logos, Verbo, Palabra, Espíritu, son iguales o lo mismo. En 2ª de Pedro 3:15 lo afirma: Estos ignoran voluntariamente que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra los cielos y la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste.
El Espíritu de Dios, el logos, el verbo, la palabra y Cristo, son lo mismo, y como por este Hijo hizo todas las cosas, a este le dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen y conforme a nuestra semejanza. ¿Qué imagen tiene Dios? Espiritual. ¿Qué imagen tiene Cristo? Espiritual, la de su Padre. Cristo es cuerpo espiritual; 1ª de Corintios 15:40 dice: Y hay cuerpos celestiales y cuerpos terrenales; pero una es la gloria de los celestiales, y otra es la gloria de los terrenales. Si Dios le dijo a Cristo: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza, la imagen dada al hombre es espiritual para que sea semejante a ellos. La Biblia dice en 1ª de Corintios 15: 45-50, con relación al hombre: Así también está escrito: fue hecho el primer Adán alma viviente; el postrer Adán (Jesucristo), espíritu vivificante. Más lo espiritual no es primeo sino lo animal; luego lo espiritual. El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre que el Señor, es del cielo. Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales. Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la del celestial; David lo sabía muy bien, y por eso dijo en el Salmo 17:15: En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza..
La imagen o cuerpo terrenal (carne), fue primero; a Cristo Dios le preparó cuerpo para el sacrificio por el pecado del cuerpo-hombre carnal (Hebreos 10:5); por lo tanto, el primer hombre, Adán, trajo cuerpo carnal, para luego en Jesucristo segundo hombre (cuerpo espiritual ya glorificado), traer el cuerpo imagen celestial en la resurrección o transformación, cuando Jesucristo baje a las nubes., puesto que la carne y la sangre no heredarán el reino de Dios(1ª de Corintios 15:50). Antes que esto suceda debemos luchar hasta llegar a la unidad de la fé y del conocimiento del Hijo de Dios, a un arón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. La Biblia dice que ya tenemos la mente de Cristo (1ª de Corintios 2:16). Y que alcanzaremos la estatura de su plenitud, pero nunca afirma esto con relación a Dios. Cristo afirmó: Habéis oído que yo os he dicho: Voy y vengo a vosotros, si me amarais os hubieran regocijado, porque os he dicho que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo (Juan 14:28); en Número 23:19 dice: Dios no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta; en cambio de Jesucristo dice: Por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos (Hechos 17:31).
¿Quién es este varón? Jesucristo! ¿Cuándo Cristo espíritu se juntó con Jesús hombre? En el bautismo de Jesús el Espíritu Santo (Cristo) descendió sobre Jesús, preparándole para su ministerio, muerte, resurrección y ascenso a la derecha de la gloria del Padre, en donde ya no como Cristo ni como Jesús, sino como Jesucristo, se sentó, hasta que Dios ponga a sus enemigos como estrado de sus pies.
Yo digo lo que la Biblia dice; Dios convidó a su Hijo, Cristo, en quien hizo todas las cosas, a hacer al hombre a la imagen y semejanza de ellos; lo hizo con la imagen espiritual de ellos y con la corporal; pero la corporal fue hecha de carne y escrito está, esta sería primera para el hombre terrenal. Como a Cristo Dios le preparó cuerpo carnal no corruptible, para de esta manera llevarlo al sacrificio y poder así darle al hombre la redención y la oportunidad que alcanzara la estatura de Jesucristo.
En el cuerpo carnal é incorruptible de Jesús, moraría el Espíritu Santo de Dios, Cristo, y el segundo hombre que formaría en esta unión hipostática sería Jesucristo, que es celestial, del cielo. Esta estatura alcanzará todo hombre que le crea y se arrepienta y sea redimido por Jesucristo; de esta forma el hombre nuevo ya resucitado tendrá la imagen de Dios y la de Jesucristo ( a nuestra imagen y semejanza). y será igual a Jesucristo, hermano de Jesucristo, pero no igual a Dios ni hermano de Dios, sino hijo de Dios.
Sigamos con el orden de la creación; la narración de esta escrita de manera generalizada aquí en la cita de donde partimos y proseguimos hasta cerrar el primer capítulo. En Génesis 1:28-31 dice: Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sojuzgarla, y señoread en los peces del mar, las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla, os serán para comer. Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde os será para comer. Y fue así. Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.
Antes de analizar esto, retomemos lo dicho por Dios al hombre en Génesis 1:26; en donde le da señorío a Adán sobre los peces, las aves de los cielos y las fieras del campo, es decir, sobre toda cosa creada en el mundo físico. Hasta allí llegaba el poder del hombre en su obediencia; los seres espirituales no estaban bajo su autoridad; por eso Satanás, ser espiritual, fácilmente penetra con su mensaje en el corazón y la mente del hombre.
Dios dijo al hombre: fructificad y multiplicaos, llenad la tierra y sojuzgarla. Un árbol para dar frutos, tiene que crecer, florecer y dar fruto; para poder multiplicarse como dice la Biblia, el hombre debía crecer, es decir, alcanzar una edad acorde con el hecho. Luego su función era la de sojuzgar la tierra y señorear sobre el mundo físico. Seguidamente le dice que le ha dado toda planta que da semilla y todo árbol en el que hay fruto y que da semilla, para que le sirvan de alimento. Dios está interesado en que el hombre mantenga la simiente (semilla), como el sustento para su vida (Juan 6:35). Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida. Después de darle todo esto y ver Dios que en gran manera era bueno, se cierra el primer capítulo del Génesis, en donde podemos conocer y entender como hizo Dios las cosas, y luego continuar con el capítulo dos.
En Génesis 2:1-3 dice: Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo, y reposó Dios el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios el día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.
La Biblia enseña que en seis días hizo Dios todas las cosas y fue así; pero, en este capítulo hay una afirmación que me impele a considerarla como esencial, para el entendimiento de la Palabra de Dios, y es: Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo! ¿Cómo pues si la hizo en seis días la acabó en el día séptimo? Y sigue diciendo: Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación. ¿Si la hizo en seis días por qué asegura que la acabó en el día séptimo y en el reposó?
En Jeremías 9:23-24 dice: Así ha dicho Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Más alábese en esto el que se hubiere de alabar; en entenderme y conocerme que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.
Cuando Dios empezó a crear dijo: Hágase la Luz, y la Luz se hizo; y separó Dios las tinieblas de la Luz, y vio Dios que era bueno. Y llamó a la Luz Día, y a las tinieblas, Noche. Hemos aprendido por las Escrituras que la Luz fue lo primero que Dios creó; el primogénito de la creación, el Mesías, el Ungido, el Logos, el Verbo, la Palabra y el Espíritu Santo de Dios. Jesús confesó: Yo soy la luz del mundo (Juan 8:12); La luz vino al mundo y los hombres amaron más las tinieblas que la luz (Juan 3:19). Si sabemos que Jesús no habló por su propia cuenta (Juan 7:17 y 12:50), sino lo que el Padre le daba que hablase.¿Quién afirmaba entonces ser la luz? No era Jesús, sino Cristo, el Espíritu Santo de Dios, la Palabra de Dios..
Ahora encontramos que Dios llama a la Luz Día, y que este Día no podía ser el día de tiempo, puesto que aún no se había establecido; por lo tanto, este Día es Cristo, el resplandor de la gloria de Dios, el primogénito de la creación, y por lo consiguiente, el reposo de Dios; en quien Dios hizo todas las cosas. De esta manera, Dios reposó el séptimo día que no es otro que Cristo o séptimo día. En Cristo Dios creó todas las cosas, y en él, reunirá todas estas cosas (Efesios 1:10); Dios no creará más nada porque en Cristo está la garantía de la vida eterna. Él es el reposo de Dios: Venid a mí todos los que estéis trabajados y cargados, que yo os haré descansar (Mateo 11:28)
Si Dios no va a crear más nada aunque va a haber una nueva creación ¿De dónde saldrán los cielos nuevos y tierra nueva donde mora la justicia? Dios reservó todo para la nueva creación, aunque este tema no pertenece a esta creación; las aguas que están encima de los cielos, no fueron contaminadas por el pecado, y están reservadas para originar la nueva tierra y todo lo que Dios sacará de ella, como lo hizo en la vieja creación.
La Biblia dice: El que no cree ya ha sido condenado, porque se ha rehusado a creer en el unigénito Hijo de Dios (Juan 3:18). Quien no recibe a Cristo (su Espíritu, su Palabra), no entra en el reposo de Dios. El séptimo día en que Dios acabó su obra habiéndola hecho en seis días, no es sino Cristo, la Luz, y en él, acabará Dios todo en el día de Jesucristo. Por eso Jesucristo es el Señor del día de reposo (Marcos 2: 17-18); y sanó en día de reposo porque él es el reposo de Dios, y por lo tanto, nunca violó ese día sino que lo honró para gloria del Padre.
De esta manera el hombre trabaja seis días y descansa uno, el día de reposo; ningún trabajo hecho por el hombre en ese día sin tener a Jesucristo, tendrá valor o mérito, y menos aún para salvación, porque esta no es por obras sino por gracia por medio de la fe en Jesucristo (Romanos 3:28). Reitero que quien no entre en el reposo de Dios, nunca verá la luz; dejará de ser eternamente; en Cristo Dios hizo todas las cosas en seis días, y en Jesucristo reposó, porque en él está la nueva creación. Así entendemos que Dios hizo las cosas en seis días, y en el día séptimo acabó su obra.
EL HOMBRE EN EL HUERTO DEL EDÉN.
En Génesis 2:4-6 dice: Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos, y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese; porque Jehová Dios no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra, sino que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra.
La Biblia afirma que no había quien labrase la tierra, y que de ella subía un vapor que la regaba porque Dios no había hecho llover. La tierra proviene del agua y por ella subsiste; esta aseveración bíblica si la analizamos, podemos concluir que al ser sacada del agua contenía mucha humedad, y por lo tanto, el efecto de los rayos del sol cayendo sobre ella, producía el fenómeno del vapor que la regaba. No tengo un conocimiento profundo sobre esto, por lo que solo hago la notación sin ningún soporte bíblico, pero tratando de no omitir nada en lo referente a la creación y que sobre ella está escrito. La afirmación de que no había quien labrase la tierra, nos hace pensar que lo que sigue guarda mucha relación con ella: En Génesis 2:7 dice: Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. En Génesis 1:26-27 la Biblia nos relata que Dios hizo al hombre a su imagen y conforme a su semejanza, pero no detalla como sino que solo afirma que lo formó del polvo de la tierra; pero en el capítulo dos versículo siete, nos dice como lo hizo.
Después de formarlo del polvo de la tierra, el cuerpo del hombre tenía todos sus órganos, sentidos, huesos, articulaciones, es decir, todos sus componentes, pero estaba inerte, sin vida, o sea, solo un cuerpo. Dios sopló en su nariz aliento de vida y fue el hombre un ser viviente. Ese soplo (aire-aliento-espíritu), fue lo que le dio al cuerpo de quien se llamaría Adán, facultad de vivir, o sea, la capacidad de ser un ser viviente. En 1º de Corintios 15:15 dice: Así está escrito: Y fue hecho el primer hombre Adán alma viviente, y el postrer Adán, espíritu vivificante. Notamos que en Génesis es llamado ser viviente, de donde podemos concluir, que ser y alma en estos dos pasajes, tienen el mismo significado; en Génesis se pudo haber dicho alma viviente y en 1º de Corintios, ser viviente.
El aliento de vida que Dios sopló sobre el cuerpo de quien después llamaría Adán, es diferente a todo espíritu creado en del ejército de los cielos (querubines-ángeles, etc.); los cuales tienen cuerpos celestiales. El soplo o aliento de vida o espíritu que Dios le dio al cuerpo de Adán trajo la vida a ese cuerpo inerte; de esta manera, la suma de soplo (espíritu) con el cuerpo, formó lo que hoy es un hombre, un ser viviente o alma viviente. En la creación del hombre, la Biblia menciona dos partes: cuerpo (barro-carne) y soplo (espíritu); el alma es el mismo ser o conjunto de cuerpo y espíritu.
Dios afirma que lo terrenal es primero, y luego lo celestial; esto lo corrobora al formar el hombre, pues le hizo primero el cuerpo (lo terrenal) y luego el espíritu (lo espiritual). El espíritu creado y que forma parte del ejército de los cielos (querubines-ángeles), es inmortal; el hombre, ser, alma, no lo es. En Ezequiel 18:4 dice: He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá; el hombre, alma viviente, pecó y murió. El alma no existe de manera independiente del cuerpo y espíritu en un conjunto, sino que es el resultado de ese conjunto.
El cuerpo necesita del soplo (espíritu) para existir como hombre, persona, alma; cuando Dios quita el soplo o espíritu, el alma, el hombre, la persona, muere. El cuerpo ya lo llaman o identifican como el cadáver de la persona a la que Dios quitó el espíritu. La Biblia dice: Antes de que la cadena de plata se quiebre, y se rompa el cuenco de oro, y el cántaro se quiebre junto a la fuente, y la rueda sea rota sobre el pozo; y el polvo (cuerpo) vuelva a la tierra como era, y el espíritu 8soplo) vuelva a Dios que lo dio (Eclesiastés 12:6-7). En el Salmo 104: 29-30 dice: Escondes tu rostro, se turban; les quitas el hálito (aliento), dejan de ser (no existen en otra parte independientemente como espíritu), y vuelven al polvo. Envías tu Espíritu, son creados y renuevas la faz de la tierra.
Cuando el alma, hombre, persona muere, el soplo, hálito, aliento, espíritu, vuelve a Dios (no existe independientemente sino que se reintegra a Dios que lo dio), y el cuerpo va al polvo. En la resurrección (envías tu Espíritu, son creados, y renuevas la faz de la tierra), ese soplo o aliento o espíritu vuelve y toca al polvo, y así el hombre, ser, alma, persona, resucitará, para condenación o vida eterna.
Un hijo de Dios en Cristo, al morir, su aliento, soplo, espíritu vuelve a Dios que lo creó; ahí estará en Dios hasta que Jesucristo baje a las nubes y Dios envíe de nuevo su aliento, espíritu, soplo al cuerpo (polvo de la tierra), y resucite con cuerpo ya no terrenal sino celestial. Jesucristo nos dio el ejemplo al morir, puesto que dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu; y Dios al tercer día envió su Espíritu que lo levantó de la sepultura (claro que su cuerpo no vio corrupción). La Biblia jamás se contradice y ese es su orden y no será quebrantado. Ella dice: Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo (Juan 3:13).
Por muy hijo de Dios que sea, yo o cualquiera, como alma, hombre, ser, cuando Dios quite mi aliento o el de cualquiera, no subiré ni nadie tampoco al cielo, ya que para poder existir como alma, ser, necesito el espíritu y el cuerpo en conjunto é igual quien sea. Eso sólo se dará en la resurrección puesto que nadie subió al cielo; en Eclesiastés 9:5 dice: Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga, porque su memoria ES PUESTA EN OLVIDO. ¿Qué es la muerte? ¿No es la separación del hombre de Dios’ Eso lo enseña la Biblia. En el Salmo 146:3-4 dice: No confiéis en los príncipes, ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación. Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra, en ese mismo día perecen sus pensamientos. Esto es una aseveración sobre el destino de los que mueren, no existen en ninguna parte, puesto que en ese mismo día perecen sus pensamientos.
Siguiendo en Génesis 2:8-9, encontramos: Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado. Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; y también el árbol de la vida, en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.
Hay quienes han afirmado que el Edén estaba ubicado en Asia, más exactamente en Iraq; no es de mi competencia sostenerlo ni negarlo, pero lo que si me queda claro según el texto citado, es que el Edén no es el huerto (o paraíso), sino que este huerto estaba en Edén, al oriente del mismo. Dice que Jehová Dios puso allí al hombre que había formado (notemos que fue al hombre solo), y que el nacimiento de todo árbol delicioso a la vista y bueno para comer, y el árbol de la vida y el árbol de la ciencia del bien y del mal, sucedió en el día tercero cuando Dios mandó se descubriese lo seco y ordenó a la tierra producir todo árbol que diera semilla y fruto. ¿Cuál era ese árbol de la vida’ Uno que aseguraba la vida eterna y que es simbolismo de Jesucristo quien según Juan 6:68, es el único que tiene palabras de vida eterna.¿Cuál era el árbol de la ciencia del bien y del mal? La palabra ciencia en este caso determina que era un árbol cuyo fruto al ser comido, llevaba al conocimiento del bien y del mal.
En Génesis 2: 10-14 dice: Y salía del Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos. El nombre de uno era Pisón; este es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro; y el oro de aquella tierra es bueno; hay también bedelio y ónice. El nombre del segundo río es Gihón; este es el que rodea toda la tierra de Cus. Y el nombre del tercer río es Hidekel; este es el que va al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates.
Del Edén salía un río para regar el huerto; Dios siempre interesado en que el agua esté presente en la creación. El propósito del río era regar el huerto; luego dice que se repartía en cuatro brazos: uno el Pisón que rodea toda la tierra de Hávila, donde se mencionan los minerales existentes allí. Muchas identificaciones han dado a este río, incluyendo el río Fasis (Riono) que nace en el monte Ararat. Josefa sugirió el Karum de Persia y el Indo (Diccionario ilustrado de la Biblia-Wilton M. Nelson. Editor-Editorial Caribe, de donde además se tomaron las notas referentes a los tres ríos restantes). El segundo río es el Gihon, el cual lo han identificado con el Nilo, si la tierra de Cus es Etiopía. El tercer río o Hidekel (rápido), es el nombre hebreo del Tigres (nombre griego). El cuarto río es el Eufrates (copioso), desemboca al golfo Pérsico, unido al Tigres. Es todo lo que puedo aportar sobre estos ríos, ya que no conozco más sobre el tema.
En Génesis 2: 15-17 dice: Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto del Edén, para que lo labrara y lo guardase. Y mandó Jehová Dios al hombre diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer, más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
Mi interrogante es ¿Creó Dios a Adán como niño o como hombre? La Biblia no lo dice; solo en Génesis 1:28 en el mandato fructificad y multiplicaos, parece estar implícito el hecho de que había de crecer para fructificar, y luego multiplicarse. Si lo creó niño ¿Quién cuidó de él? Su mismo Creador. Al introducirlo en el huerto del Edén, Dios le ordenó que lo labrara y lo guardase ¿Podría Dios confiar esta labor a un niño? Si tenemos en cuenta que Adán no había pecado, su voluntad estaba sujeta a su Creador, y que por lo tanto, al ser el único ser humano hasta entonces, la relación Dios-hombre, era perfecta; hay que recordar que Jesucristo dijo que el que no se hiciera como un niño, no podía entrar al reino de los cielos, y que Dios su orden no lo violará jamás, y que el Adán niño, sujeto a su Creador, Dios sabía que podía desarrollar esa labor.
El mandato de que lo labrara, deja sentado que el trabajo ha existido desde la creación, aunque no el tipo de trabajo duro que generó el pecado; mandato que lo guardase, deja claro que había quien estaba interesado en arrebatárselo, y este ser no podía en manera alguna humano, sino espiritual.
Es importantísimo anotar que esta tarea era solo para el hombre, puesto que a él dios se la encomendó. Dios es específico cuando le dice: De todo árbol del huerto podrás comer, más del árbol de la ciencia del bien y el mal no comerás, porque el día que de el comieres, ciertamente morirás. La responsabilidad Dios se la exige es al hombre, ya que este más adelante, va a tener la función de sacerdote como cabeza de la mujer y del hogar.
Adán recibe la palabra directamente de la boca de Dios, en este aso, de no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal, y nadie más tenía que responder por esto, sino él. Al decirle Dios que al comerlo moriría, Adán en su corazón sano debió entender hasta donde llegaba su responsabilidad, y la consecuencia que tendría desobedecerle a su Creador, aunque morir era algo desconocido para él por no haberlo experimentado.
En Génesis 2: 18-28 dice: Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté, le daré ayuda idónea para él. Jehová Dios formó pues de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y los trajo a Adán para que viese como les debía de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre. Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y, a todo ganado del campo; más para Adán, no se halló ayuda idónea para él.
Dios sabía que el hombre no podía estar solo, pero antes de darle ayuda idónea, trajo a los animales que había creado para que Adán les pusiese nombres. El estado prístino de Adán y su mente sana, permitió que les pusiese nombres y que estos hasta hoy permanecen; esto corrobora la responsabilidad que Dios le diera a Adán. El hombre es el llamado ser ejemplo, enseñar y sostener a sus descendientes, puesto que a él Dios le dio esta responsabilidad. ¿Por qué no esperó Dios crear a la mujer y darle también esta responsabilidad? Cuando Eva come el fruto prohibido Dios no le demandó nada a ella, nada pasó por cuanto la responsabilidad estaba en Adán. ¿Cuánto tiempo transcurrió desde que Eva comió hasta cuando le dio a Adán y éste comió también? No lo sé; lo que si sé es que Dios tenía un propósito con la mujer y por eso no le dio responsabilidad ¿Cuál era este propósito? De esta forma garantizaba poder utilizar el vaso (la mujer) para traer más tarde la simiente que redimiría al hombre de su pecado.
Retomemos la palabra para terminar lo relacionado con la creación y que está relatado en los capítulos 1 y 2 de Génesis. En Génesis 2:21-25 dice: Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras este dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; esta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre y asu madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.
¿Por qué Dios no hizo a Adán y a Eva por la palabra como hizo los cielos y la tierra? Sencillamente para que se cumpliese lo dicho por Él en su palabra: El cielo y la tierra pasarán, más mis palabras no pasarán (Mateo 24:35).
La Biblia menciona al tercer cielo donde está Dios: Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) que fue arrebatado al tercer cielo. Esto indica la existencia del primero y del segundo cielo. En la afirmación: En el principio creó Dios los cielos y la tierra, se ve claramente la pluralidad de los cielos; y así sucesivamente lo encontramos en la Biblia.
Dios sabía que el hombre no hecho por la palabra y con potestad sobre el mundo físico, iba a ser engañado por una criatura espiritual que estaría en contra de su voluntad, y que esa desobediencia humana metería al pecado en la creación, el cual traería como consecuencia la contaminación y muerte en el universo. El hombre pecó y murió, y su pecado corrompió la tierra y el primero y segundo cielo sería también contaminado por la desobediencia de Luzbel, pero el tercer cielo donde Dios tiene su trono, no. Este se mantiene y se mantendrá santo como también las aguas que al ser separadas por la palabra, quedaron encima de los cielos.
Jesús,, quien en el Jordán recibiría al Espíritu Santo de Dios y en su ministerio se llamó Jesucristo, fue engendrado por la palabra, el Verbo, Logos, Espíritu Santo, en el vientre de María; vaso al cual en el paraíso (mujer-Eva), Dios no le dio responsabilidad, es el Hijo de Dios que vino para redimir al hombre caído, engendrándole por la palabra como nueva criatura y haciéndole hijo de Dios.
La Biblia dice en 2ª de Pedro 3:7: Pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y la perdición de los hombres impíos. Ese día perecerán el primero y segundo cielo, la tierra y los hombres impíos; las aguas que está encima del cielo santo de Dios, fueron reservadas para la nueva creación. La orden de Dios está dada desde la primera creación, y como su palabra es viva y eficaz, Dios no tendrá que hablar sino ver como las aguas obedecen a la orden que Dios dio en la primera creación, saliendo la nueva tierra y produciendo todo lo que produjo por su mandato en la primera creación.
El cielo santo donde Dios tiene su trono, como la nueva Jerusalén, bajará y se posará en la nueva tierra en el monte santo de Dios; esto es lo que significa: Enmanuel, Dios con nosotros. Cuando Eva fue engañada y pecó, nada pasó, Dios no preguntó nada; cuando Adán lo hace, inmediatamente aparece Dios para inquirir sobre lo hecho. Dios al no darle responsabilidad a la mujer, dejó este vaso para que sujeto y limpio por la ley, pudiese ser utilizado para la venida de Jesús, quien como Jesucristo, redimiría a la raza humana.
Del hombre Dios le saca su ayuda idónea, quien luego sería el medio en donde Dios pondría su redención. Adán al verla, la llama Varona, porque sabe que fue sacada de él y es carne de su carne y hueso de sus huesos. ¿Qué mejor ayuda idónea para el hombre que su compañera que luego sería el vaso en donde vendría su redención? Adán, igual que como hizo con los animales le pone el nombre, y de esa misma forma, dicta o decreta la ley que regiría a la familia y a la sociedad: Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne (Génesis 2:24). La Biblia afirma que quien habló aquí con relación a este mandato no fue Dios sino el hombre; esto explica el por qué Pablo dijo ser optativo el casarse o no.
También afirma la Biblia que Adán y Eva estaban antes de pecar desnudos y no se avergonzaban, y que el comer del fruto prohibido además de pecar, les dio la capacidad de conocer el bien y el mal. De esta manera, todos somos pecadores, y nadie tiene excusa para decir que no conoce lo que es bueno y es malo, por cuánto Dios permitió esto, para que en el libre albedrío con que nos creó, tuviésemos la facultad de elegir: seguir el bien o el mal.