viernes, 13 de julio de 2007

PACTO DE DIOS CON NOÉ.


PACTO DE DIOS CON NOÉ.

CAPÍTULO IX.

En Génesis 9:1-2 dice: Bendijo Dios a Noé y a sus hijos y les dijo: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra. El temor y el miedo de vosotros estarán sobre todo animal de la tierra y sobre toda ave de los cielos, en todo lo que se mueva sobre la tierra, y en todos los peces del mar; en vuestra mano son entregados.

De nuevo bendice Dios al hombre y esta vez en Noé y sus hijos; le vuelve a decir lo mismo que a Adán y Eva: fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra. Para eso salvó Dios a Noé y a su familia, para la continuidad de la raza humana, y puso a todo lo que se mueve, el temor de los hombres sobre ellos, y otra vez todo fue entregado en su mano; es decir, prevalecería el hombre sobre los animales y no estos sobre el hombre.

En Génesis 9: 3-6 dice: Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento; así como las legumbres y plantas verdes, os lo he dado todo. Pero carne con su vida que es su sangre, no comeréis, porque ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas; de mano de todo animal la demandaré; y de mano del hombre; de mano del varón su hermano demandaré la vida del hombre. El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre.

Dios le dice a Noé y a su descendencia que todo lo que se mueve y vive les será para comer, así como las legumbres y plantas verdes; pero le prohíbe comer carne con su sangre, porque en la sangre está la vida; por lo tanto, esta tiene que ser derramada de la carne para poder comer la carne. Dios también la demanda de los animales (las serpientes no la derraman, sino que se tragan a sus víctimas), de los hombres la demanda porque este es hecho a imagen de Dios.

En Génesis 9:7 dice: Más vosotros fructificad y multiplicaos; procread abundantemente en la tierra, y multiplicaos en ella. En la obediencia a Dios el hombre fructifica y se multiplica; pero en el pecado, esto trae maldición al hombre, miseria y desolación; el tener varios hijos hoy es un problema por la desobediencia, y del mandato de fructificad y multiplicaos, hay que hacer caso omiso planificando.

En Génesis 9: 8-17 dice: Y habló Dios a Noé y a sus hijos con él, diciendo: He aquí que yo establezco mi pacto con vosotros y con vuestra descendencia después de vosotros; y con todo ser viviente que está con vosotros; aves, animales y toda bestia de la tierra que está con vosotros, desde todos los que salieron del arca, hasta todo animal de la tierra. Estableceré mi pacto con vosotros, y no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra. Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto que yo establezco entre mi y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros, por siglos perpetuos: Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mi y la tierra. Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ver mi arco en las nubes. Y me acordaré del pacto mío, que hay entre mi y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no habrá más diluvio de aguas para destruir toda carne. Estará el arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con toda carne que hay sobre la tierra. Dijo, pues, Dios a Noé: Esta es la señal del pacto que establecido entre mi y toda carne que está sobre la tierra.

Podemos ver que Dios hizo pacto con el hombre y toda carne que está sobre la tierra, de que nunca más habría diluvio de aguas para destruir toda carne que está sobre la tierra, estableciendo como señal su arco sobre las nubes, cuando hace venir estas sobre la tierra. Este pacto es perpetuo, lo que significa, que en la vida eterna, los ciento cuarenta y cuatros mil redimidos para Dios y su descendencia, tendrán este arco como señal del pacto de Dios con toda carne que vive sobre la tierra. Y si todos los ciento cuarenta y cuatro mil son varones ¿Con qué mujeres tendrán descendencia?

Cuando Jesucristo venga a la tierra por segunda vez, entonces juzgará a Israel, y perdonará su iniquidades y todo Israel de ese tiempo será salvo (Romanos 11:26). Las mujeres perdonadas y salvadas de Israel, con los ciento cuarenta y cuatro mil redimidos para Dios, estos como sacerdotes de Dios las cobijarán a ellas porque varón y hembra son una sola carne, y de allí nacerá la raza que poblará la nueva tierra y habitará las naciones que llevarán frutos de la tierra a Dios, al Cordero, a la iglesia y a los servidores, en la nueva Jerusalén. La raza humana continuará ya sin pecado, porque para eso salvó a Noé y para eso redime a los ciento cuarenta y cuatro mil de las tribus de Israel.

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